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Acervo urbano europeo

Los hitos claves de este “Acervo Urbano” (Urban Acquis) son la Carta de Leipzig (2007), la Declaración de Marsella (2008), la Declaración de Toledo (2010), la Declaración de Riga (2015), el Pacto de Ámsterdam (2016), la Declaración de Bucarest (2019) y más recientemente, la Nueva Carta de Leipzig (2020).


Carta de Leipzig. Este documento recoge el consenso alcanzado a nivel europeo, en mayo de 2007, en el tema de la sostenibilidad urbana, tras el encuentro informal de ministros sobre Desarrollo Urbano y Cohesión Territorial celebrado en Leipzig. Se incluyen recomendaciones para que en el futuro las ciudades europeas sigan siendo espacios de progreso social, crecimiento e innovación:

a) hacer un mayor uso de los enfoques relacionados con la política integrada de desarrollo urbano y,

 b) prestar especial atención a los barrios menos favorecidos dentro del contexto global de la ciudad.


La Declaración de Marsella (2008). Esta reunión formaba parte de una serie de tres reuniones informales relacionadas y consecutivas, cubriendo también las materias de vivienda y de cohesión territorial, de forma que todos estos componentes esenciales de las políticas de desarrollo urbano integrado pudieran tratarse de forma conjunta.

Esta reunión tuvo lugar en un contexto de crisis económica, social y financiera global, que previsiblemente iba a tener unas consecuencias considerables en las vidas de la ciudadanía europea y en sectores enteros de su la economía europea. El objetivo era utilizar dichas presiones como un incentivo a fin de mantener una guía firme en favor del desarrollo urbano cohesionado y sostenible, como único camino para mantener un nuevo crecimiento sin crear disparidades sociales y territoriales.


La Declaración de Toledo. Este documento, aprobado en junio de 2010, propone prioridades estratégicas de intervención en el desarrollo urbano desde el punto de vista medioambiental, social, económico y de la gobernanza con un enfoque integrado. Esta Declaración se complementa con un documento de referencia sobre la Regeneración Urbana Integrada y su potencial estratégico para un desarrollo urbano más inteligente, sostenible y socialmente inclusivo en Europa, y tiene tres partes fundamentales:


a) Cómo afrontar los retos urbanos actuales y aplicar la Estrategia Europa 2020,

b) Desarrollar el Marco Europeo de Referencia de la Ciudad Europea y

 c) Consolidar en el futuro una Agenda Urbana Europea.


La Declaración de Riga. La firma de la Declaración de Riga en 2015 supone el acuerdo sobre los principios y elementos esenciales de la futura Agenda Urbana de la UE, consolidando el entendimiento común de los gobiernos nacionales, la Comisión Europea y de otras instituciones europeas sobre el tema. Esta Declaración también reconoce la importancia de las áreas urbanas pequeñas y medianas, y el potencial existente que ofrecen en términos de desarrollo territorial y para la consecución de los objetivos europeos.


El Pacto de Ámsterdam. El 30 de mayo de 2016 se celebró en Amsterdam la Reunión informal de ministros de la UE responsables de asuntos urbanos. A partir de la firma de este Pacto se puso en funcionamiento la «Agenda Urbana para la UE» que sigue en marcha desde 2016 hasta la actualidad, tras el respaldo recibido en 2019 a través de la Declaración de Bucarest que, como tal, está destinada a servir de puente entre el Pacto de Amsterdam y la Agenda Territorial de la Unión Europea y la (nueva) Carta de Leipzig, que se revisó durante la Presidencia alemana de 2020.


Nueva Carta de Leipzig (2020). La Carta de Leipzig de 2007 ha inspirado la política urbana en Europa desde entonces. Su mensaje central para promover el desarrollo urbano integrado y sostenible es tan válido hoy como en 2007. Sin embargo, hoy en día los desafíos globales urgentes (el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la escasez de recursos, los movimientos migratorios, el cambio demográfico, el desarrollo de las tecnologías digitales, las pandemias y las economías que cambian rápidamente), tienen un impacto directo y local en pueblos y ciudades de Europa, y pueden intensificar las disparidades en las sociedades. En respuesta a estos desafíos, la Carta de Leipzig original debe reorientarse. La Nueva Carta de Leipzig proporciona un marco político para visualizar y realizar los acuerdos europeos y globales (Agenda 2030, NAU-Habitat, el Acuerdo de París y el Pacto Verde de la Comisión Europea) a escala urbana.

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