La extrema derecha pone en cuestión los valores de la construcción europea e incluso la propia idea de Europa.
Publicado en Mundiario el 27 de enero de 2024.
En un continente, Europa, que hace solo ocho décadas se vio devastado por una brutal guerra contra el nazismo y el fascismo, se produce, en el primer cuarto del siglo XXI, un nuevo auge de la extrema derecha populista. No obstante, saliéndose de un enfoque eurocentrista comprobamos que se trata de un fenómeno global y que afecta a buena parte de la población mundial.
2024, AÑO ELECTORAL
2024 será un año electoral a nivel planetario. Más de 70 países en todo el mundo tienen previsto celebrar elecciones: India, Estados Unidos, Indonesia, Pakistán, Brasil, Bangladesh, México, Rusia, Parlamento Europeo, etc.; además, hay 22 países que todavía no han fijado una fecha oficial para sus elecciones. Casi la mitad de la población mundial, es decir, alrededor de 4.000 millones de personas, están llamadas a las urnas. Los retos son enormes: resolver conflictos multilaterales y guerras, lograr una convivencia pacífica entre culturas y religiones, resolver conflictos migratorios, afrontar la supervivencia climática, el hambre y la pobreza, la energía, el agua, la desigualdad, etc., por lo que decidir quiénes nos van a gobernar, es clave para el futuro inmediato de la humanidad.
¿POR QUÉ RESURGE LA EXTREMA DERECHA?
La aparición de partidos de ultraderecha en el mundo actual es un fenómeno complejo que ha sido objeto de estudio por parte de economistas, politólogos, sociólogos e historiadores. El resurgimiento de la extrema derecha es, sin duda, un reflejo de un determinado “estado de ánimo”. Un estado de ánimo que, además, es un peligroso caballo de Troya dentro de nuestro sistema democrático liberal. Construido sobre el miedo, el temor, la ausencia de perspectiva de futuro, el enfado, la desafección y el rechazo, nos preguntamos ¿por qué crece? ¿por qué la extrema derecha canaliza ese mal “estado de ánimo”?
Se pueden enumerar varios factores concretos que explican el surgimiento y la consolidación de partidos de ultraderecha, del tipo de AfD en Alemania, Hermanos de Italia, Fidesz en Hungría, o Vox en España. Reflexionemos sobre alguno de estos desencadenantes y aceleradores del extremismo ultraconservador:
1.Desigualdad: la globalización ha creado ganadores y perdedores. En los últimos 30 años, las clases medias de los países asiáticos emergentes han sido las principales beneficiarias de la mundialización de la economía, mientras que las clases medias de occidentales, sobre todo en EE.UU. y Europa, han sido las mayores perdedoras. La desigualdad económica ha llevado a muchos votantes a buscar opciones políticas más radicales y han encontrado sus referentes en la ultraderecha.
2. Xenofobia: la xenofobia o el racismo sin tapujos también es un factor importante en el auge de la ultraderecha. Cuando la situación económica va bien, pocos se quejan de una mayor presencia de extranjeros en el vecindario; pero cuando los puestos de trabajo escasean y/o los servicios públicos sanitarios, asistenciales o educativos se ven desbordados, es fácil echarle la culpa al de fuera.
3. Desapego, desafección o directamente desprecio por la clase política: la ultraderecha se presenta como una alternativa a la clase política tradicional, a la que acusa de corrupción, ineficacia y falta de representatividad. Es muy posible que no pocos votantes vean en los partidos de ultraderecha una oportunidad para romper con el statu quo y cambiar el sistema político.
4. Identidad nacional: la ultraderecha suele tener una visión retrógrada de la identidad nacional, que mira al pasado para construir identidades compartidas para el futuro. La búsqueda constante de un chivo expiatorio o de un enemigo exterior, situado fuera de esa comunidad anclada en valores tradicionales, puede ser personificado en el extranjero, el inmigrante, el transexual, el refugiado, el izquierdista o el musulmán.
5. Identidad cultural y/o religiosa: La identidad cultural y la confesión religiosa puede ser un factor importante en la adopción de posturas políticas de extrema derecha. Las personas pueden sentir que su cultura y sus creencias religiosas están siendo amenazadas por la inmigración o la globalización, lo que puede llevar a la adopción de posturas nacionalistas, xenófobas e incluso supremacistas.
6. Provocación constante: la ultraderecha busca romper con lo políticamente correcto y ampliar el terreno del debate político más allá de los límites considerados como tolerables por los partidos, hasta ahora, predominantes.
7. Ambiente de polarización y crispación política. La tensión radicaliza y legitima. Si la ciudadanía común observa el ambiente incendiario y ciertamente irrespetuoso, generado por quién debate en sede parlamentaria, utilizando como argumento el insulto, como razonamiento la descalificación y como evidencia el ultraje, ¿cómo no se va a mostrar públicamente como xenófoba, machista, supremacista o negacionista una persona ultraconservadora? De este tipo de comportamientos surge la “agrupación asilvestrada” y de ahí “la manada salvaje”. En sí mismo, en ese momento, se empieza a perfilar un grupúsculo pro nazi.
8. El “blanqueo” derivado de la dinámica de acuerdos entre fuerzas políticas conservadoras y la derecha extrema que deviene en tolerancia y permisividad, derivado de lo cual la gente pierde la vergüenza de confesarse extremista y radical de extrema derecha. Allí donde los conservadores pactan con la extrema derecha, esta alcanza poder institucional, se asienta y ya es muy complicado lograr apoyos para su desalojo: Polonia, Finlandia, Suecia.
9. El desacertado enfoque del desarrollo de la política por parte de los partidos políticos tradicionales. Quiero con ello decir que la ultraderecha es un producto del “fracaso” de la política tradicional. Son hijos de los errores de la acción política de la derecha democrática: liberales, de centro, centro-derecha, e incluso del centro-izquierda. Y lo fundamento en:
a) Los partidos tradicionales son vistos como “negadores de problemas” que, ante determinados aprietos, miran hacia otro lado. Por ejemplo, ante sus propios entramados de corrupción. También como “creadores de problemas”. Por ejemplo, frente al establecimiento de políticas económicas alternativas de desarrollo compatible con el cambio climático. Cuando menos son señalados por sus horrendas y timoratas explicaciones sobre la solución de graves problemas: cambio climático/transición verde/pacto verde.
b) El rol de los aparatos de los partidos. Los “aparatos profesionales” de los partidos políticos son visualizados por la población como mecanismos de acceso al poder, de invasión institucional, como verdaderas “oficinas de colocación”, etc. Es la crueldad del papel democrático-constitucional de los partidos políticos y la manifestación de su propia realidad como agrupación sectaria.
c) El equivocado perfil actual del liderazgo político en el mundo (Milei, Bolsonaro, Trump, Le Pen, Orban, Meloni, Salvini, Morawiecki, Wilders, Weidel, etc.). Me persuade la idea de que los líderes de los partidos políticos son la muestra de la sociedad en la que se conforman, pero también me parece indiscutible que son elegidos y moldeados dentro de un aparato partidario de funcionamiento cuasi sectario. La sociedad ha de pensar muy seriamente qué modelo de liderazgo promociona. No sea que aparezca respaldado/a “democráticamente” un hombre o una mujer con claras ínfulas totalitarias. Nunca olvidemos qué Adolf Hitler o Benito Mussolini ganaron elecciones.
10. La corrupción a todos los niveles: institucional, económica, administrativa…
11. Las crisis financieras: como la de 2008-2009, las crisis cíclicas de los sistemas bancarios, etc., que proporcionan un terreno fértil para que echen raíces las semillas del populismo.
12. Los grandes cambios sociales, como la crisis migratoria europea de 2015, también pueden ser un factor importante en el auge de la ultraderecha.
14. La gestión de la pandemia de 2020, que consiguió poner en jaque a los sistemas básicos de las democracias occidentales.
15. La utilización torticera de las Redes Sociales. Las redes sociales han tenido un impacto significativo en la política y en la forma en que la ciudadanía interactúa con ella. Las redes son herramientas comunicativas fundamentales para la labor del comunicador político, quien debe considerarlas en el diseño y desarrollo de una completa estrategia de comunicación política. Sin embargo, también pueden ser un factor importante en el desencanto con la política tradicional. Las RRSS pueden ser un medio para difundir información errónea o para crear una burbuja informativa que refuerce las opiniones preexistentes de los usuarios.
Es importante tener en cuenta que las redes sociales no son “causa” del desencanto con la política tradicional y que su papel es complejo y multifacético. El problema no es tanto el qué, es más el cómo, la forma en que son utilizadas. Las redes han jugado un papel fundamental en la difusión de las ideas ultraderechistas. El uso de algoritmos y la manipulación de la información han permitido que estas ideas lleguen a un público cada vez más amplio, influyendo en la opinión pública y contribuyendo al crecimiento de la ultraderecha.
13. El desclasamiento y la ausencia de referentes. En la sociedad actual, la sociología reconoce el efecto de que alguien deje de pertenecer a la clase social de la que proviene o que pierda la conciencia de ello. Se trata de un fenómeno que se produce cuando los referentes de una clase social se han perdido por completo, produciéndose marginalidad o anomia social y aislamiento del individuo. Si a esta pérdida de referencias vitales, le añadimos la pérdida de referencias en cuanto a aspiraciones políticas (en los partidos de la izquierda actual), encontramos un caldo de cultivo muy rico para que posiciones ultraconservadoras se adueñen de un gran espacio político en ausencia de proyecto social conjunto.
¿PUEDEN CAMBIAR LAS MAYORÍAS EXISTENTES EN EL PARLAMENTO EUROPEO?
Hay un crecimiento sostenido en el tiempo, y parece que se consolida, de partidos que se pueden situar en la extrema derecha. La extrema derecha pone en cuestión los valores de la construcción europea e incluso la propia idea de Europa. Los pactos de derecha-ultraderecha funcionan en Italia, Finlandia, Suecia, etc.
EL PESO DE LA EXTREMA DERECHA EN EUROPA
Tomando en consideración dos procesos electorales, el de 2014 y el de 2019, ofrezco a continuación datos en los que se observa el salto cualitativo y cuantitativo de la extrema derecha europea:
En mi opinión, como consecuencia de las próximas elecciones al Parlamento Europeo (del 6 al 9 de junio de 2024) se puede romper el actual equilibrio en el sistema político-institucional de la Unión. Si la derecha europea pacta con la ultraderecha con el objetivo de hacerse con el poder en las instituciones europeas, aislando al socialismo democrático, es posible que ello signifique el principio del fin para la UE. Un ejemplo de lo que puede ocurrir lo podemos visualizar en la posición del partido neonazi AfD de Alemania que está planteando la salida de este país de la Unión Europea. Sería tanto como acabar con el euro y con la actual conceptualización del espacio europeo.
CONSECUENCIAS DE RESURGIMIENTO DE LA EXTREMA DERECHA
Muy sintéticamente, pienso que la presencia de partidos ultra en gobiernos municipales, regionales y nacionales de Europa tiene nefastas consecuencias y no solamente para quienes han de soportar la puesta en marcha de sus políticas, sino para la asunción de problemas y retos para el conjunto de la humanidad. Propondría la reflexión sobre cuatro ideas fuerza: el negacionismo, el modelo de sociedad, la intoxicación del debate público y la instrumentalización de asuntos públicos. Veamos:
* Negacionismo: situación climática, crecimiento insostenible, rol del estado y del sector público, violencia de género, multiculturalidad, etc.
* Modelo de sociedad que pretenden conformar: individualismo exacerbado, rol absolutamente secundario de la mujer, tratamiento a los grupos minorizados, etc.
* La capacidad para intoxicar el debate público del resto de los actores políticos y la capacidad para entrar y patrimonializar las instituciones.
* La capacidad de la extrema derecha para instrumentalizar asuntos (por ejemplo, la inmigración) en favor de sus posiciones (por ejemplo, vinculando inmigración con sus posiciones en materia de seguridad ciudadana) para acabar, finalmente, proponiendo recortes o restricciones en libertades públicas.
¿CÓMO COMBATIR A LA EXTREMA DERECHA?
La desafección política es un fenómeno que se extiende de forma intergeneracional y que puede afectar gravemente a los procesos de democratización al restarle arraigo a las instituciones políticas. Para combatir el desencanto con la política tradicional, se pueden considerar las siguientes medidas:
1. Transparencia: la transparencia en la gestión pública es fundamental para recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones políticas. Los gobiernos deben ser más abiertos y accesibles, y deben rendir cuentas de sus acciones.
2. Participación ciudadana: la participación ciudadana es un elemento clave para fortalecer la democracia. La ciudadanía debe tener más oportunidades para participar en la toma de decisiones y en la elaboración de políticas públicas.
3. Educación cívica: la educación cívica es fundamental para formar una ciudadanía crítica y comprometida con la democracia. Los sistemas educativos deben incluir programas que fomenten la participación ciudadana y el compromiso cívico.
4. Renovación política: la renovación política es necesaria para recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones políticas. Los partidos políticos deben renovarse y adaptarse a los nuevos tiempos. Deben ser más abiertos y representativos de la sociedad. No son tolerables comportamientos sectarios, excluyentes, clientelares o de nepotismo.
5. Lucha contra la corrupción: la lucha contra la corrupción es fundamental para recuperar la confianza ciudadana en las instituciones políticas. Los gobiernos deben tomar medidas efectivas para prevenir y combatir la corrupción y castigarla cuando sea necesario. La ejemplaridad en las actuaciones debe considerarse un test imprescindible para mantenerse en la actividad política y no simplemente una pose manifiestamente fingida.
¿Consideras que el gobierno que dirige tu localidad realiza su labor de forma transparente? ¿Consideras que rinde cuentas? ¿Fomenta la educación cívica? ¿Percibes que lucha contra la corrupción?Exígeles. ¡No des cheques en blanco! Sobre todo, hazles saber que, con su acción política, con su actitud y con su comportamiento pueden combatir a la extrema derecha o hacer todo lo contrario. Cómo decía, al final, la extrema derecha es hija de la mala política (y ahí hay mucha gente).