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Las Cajas de Ahorro gallegas, una perspectiva más bien gris

                                         

La práctica totalidad de los expertos y analistas en materia de economía coinciden en señalar que el futuro del sistema financiero español pasa por la concentración de cajas y bancos. Desde el sector financiero se señala que la creación de alianzas estratégicas contribuirá a obtener resultados positivos y recursos que sumen y generen más valor para los clientes y usuarios. Se apunta, además, que este proceso de integración de entidades facilitará una mayor racionalización de las estructuras de las entidades que intervengan en esta reordenación, una mejora de su eficiencia operativa, un fortalecimiento en la gestión de riesgos y un reforzamiento en la capacidad financiera, de los recursos propios, y en la gestión del desarrollo del negocio.

En los próximos días visita Galicia el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez y seguramente, además de recurrir a los citados argumentos, nos recordará que hasta ahora se ha intervenido facilitando acceso a la liquidez (con el Fondo de Adquisición de Activos Financieros) y que ahora se vislumbra la intervención en el pasivo mediante el ya famoso, pero hasta ahora nunca utilizado FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria). Nos explicará que el sector financiero español, en general, y las cajas de ahorro, en particular, están acometiendo la transformación de una estructura de negocio que ya se está transformando como consecuencia de la crisis. Sin duda afirmará que la otra forma de control más directa es la intervención por parte del Banco de España, pero que esta fórmula es algo que se quiere evitar, pues la experiencia en Europa ha mostrado que es poco eficaz para que las entidades recuperen su capacidad de volver a intermediar y financiar la economía. Desde estos posicionamientos me atrevo a concluir que la reducción del número de oficinas financieras, las fusiones entre diferentes entidades, el cobro de la práctica totalidad de los servicios prestados y la utilización de algunos mecanismos públicos para mejorar su funcionamiento son algunas de las claves que marcarán el futuro de todas las Cajas. De las gallegas, también.

Observando el mapa de Cajas, vemos que el 80% de las entidades de ahorro españolas están inmersas en algún proceso de concentración más o menos intensivo, que las lleva a una senda de fusiones y ayudas para la desaparición ordenada de las entidades que no tengan viabilidad.

Recordando la lapidaria frase con la que Clinton le ganó a Bush (padre) las elecciones a la presidencia de los EE.UU. («es la economía, imbécil») y asumiendo las «leyes del mercado», así como los principios de concentración del capital, a no muchos años vista podríamos encontrar en Galicia un escenario totalmente vacío en cuanto a la existencia de agentes económicos con capacidad de decisión en los mercados financieros.

Quisiera hacer una llamada de atención acerca de la conformación de ese espacio vacío generado en fases o etapas sucesivas:

Fase 1: Ley gallega de Cajas, 10/2009, que tendremos oportunidad de comentar y analizar en otro momento, aunque la podamos calificar anticipadamente como: apresurada, preventiva, reglamentista, intervencionista, ad hoc, etc.

Fase 2: Fusión o SiP de las Cajas gallegas (entre ellas o con Cajas de otros territorios).

Fase 3:   Absorción de las Cajas gallegas por otras de mayor entidad. En este momento quedarían ocho o diez Cajas (de dimensión óptima) en toda España considerando que algunas son, desde ya, absolutamente intocables: las catalanas del PSC-CIU – Montilla – Narcís Serra, (que pasarán de diez a tres con el aliento de la Generalitat), las Kutxas vascas de Patxi López – PSE – PNV, (BBK, Kutxa y Vital, que figuran además entre las de mayor rentabilidad), las andaluzas (que pasarán de cinco a una con el respaldo de Chaves y Griñán), las de Castilla-León (con un SIP que las llevará de siete a una), la Caja Castilla-La Mancha integrada ya parcialmente en Caja Astur, con el visto bueno de la autoridad monetaria; y la madrileña de Rodrigo Rato, Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz Gallardón: Caja Madrid, intentando reiteradamente liderar el «eje político» Galicia-Madrid-Valencia.

Fase 4:    Reagrupamiento ordenado del sistema bancario (¿Qué pasará en ese momento con el Banco Pastor, Banco Gallego o Banco Etcheverría?).

Fase 5:  Posible nueva Ley de Cajas de ámbito estatal: privatización del sistema de Cajas e integración en el sistema bancario.     

¿Le suena, amigo lector?: Fenosa, Corporación Noroeste/Cimpor, Astano, Grupo lácteo gallego, Industria conservera, Fadesa,

Galicia sin ningún instrumento de gestión del ahorro de los gallegos. ¡Un país sin cartera!

Mientras Galicia discute y debate fusiones y SiPs por doquier (Xunta, Partidos Políticos, Sindicatos, Empresarios, etc.), incrementa sus devastadores localismos, amenaza con salir a la calle apelando a la «dignidad» de las ciudades, afirma que ésta es una ley y un proceso que defiende la “galeguidade” y solvencia de nuestras Cajas, etc., yo no descubro nada nuevo si señalo e identifico que el mercado trabaja constantemente y actúa permanentemente siguiendo las leyes que rigen el sistema que hemos adoptado como el mejor de los posibles. ¡Es la economía de mercado, señores y señoras! Dejen de engañar a la ciudadanía con cortinas de humo. ¡menos mal que contamos con el Apóstol, Don Santiago!

 
                                        

 RIP   DEP 

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