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Principios generales de desarrollo urbano

1. Bienestar, equidad, justicia y cohesión social

  • Crear un modelo de ocupación territorial y de ciudad que tenga a las personas en el centro del sistema y diseñar una agenda que propugne el respecto al medio natural y que provea a la ciudadanía de bienestar, equidad, justicia social y cohesión, es el principio inspirador.

2. Proximidad, accesibilidad y diseño universal

  • Crear un modelo de ocupación territorial y de ciudad compacta frente a la dispersión de los asentamientos urbanos, lo que implica contener el consumo de nuevo suelo urbano y preservar los espacios del territorio esenciales para el mantenimiento de los ciclos naturales.
  • Crear un espacio público vital y seguro que cubra las necesidades recreativas o de relación de la población, ya que, por el contrario, en los tejidos dispersos estas necesidades se desarrollan en el espacio privado.
  • Fomentar el intercambio y el contacto entre portadores de información, ya que la continuidad morfológica y estructural de los tejidos urbanos posibilita una comunicación fluida de sus habitantes y de las relaciones comerciales.
  • Reducir las necesidades de movilidad mediante una relación más adecuada entre espacios de residencia, trabajo, ocio y equipamientos. El urbanismo de proximidad facilita el uso de los medios de transporte alternativos al automóvil privado.
  • Disminuir la demanda energética y el consumo de recursos derivados del modelo de ocupación dispersa. Ello facilitará la reducción de las emisiones derivadas.

3. Masa crítica de población, actividad y servicios

  • Desarrollar con eficiencia aquellas funciones urbanas ligadas a la movilidad sostenible y a la dotación de servicios tanto en el ámbito del transporte público y de las infraestructuras ligadas a los flujos metabólicos como de los equipamientos y servicios básicos.
  • Fomentar un espacio urbano socialmente integrador.
  • Aumentar las interacciones espontáneas a partir de una densidad de población adecuada sumada a otras características urbanísticas como una buena mezcla de usos y funciones urbanas.
  • Satisfacer de forma autónoma las necesidades cotidianas de la población y ofrecer una oferta especializada de actividades ligadas a la innovación, la creatividad y el ocio.
  • Aplicar la innovación en las ciudades, como pieza clave para el desarrollo y la solución de problemas urbanos y territoriales, es una manera de promover la ciudad productiva y competitiva. Ello es así en tanto la innovación es un componente importante en la implementación de soluciones creativas y tecnológicas tanto para temas productivos como también sociales y ambientales.

4. Ciudadano versus peatón

  • Liberar espacio público, hoy monopolizado por el automóvil privado, para convertirlo en espacio público de uso múltiple para todos los ciudadanos, sin fricciones.
  • Fomentar una mayor autonomía de los grupos dependientes o de movilidad reducida mediante el cuidado en el diseño de la accesibilidad a espacios y equipamientos públicos, vivienda y servicios básicos.
  • Reducir los impactos de los desplazamientos motorizados; reducción de sus consumos y emisiones locales y globales.
  • Mejorar la habitabilidad del espacio público y la calidad de vida de los ciudadanos al objeto de que los niveles de ruido, la contaminación atmosférica, la accidentalidad, etc., se vean reducidos a su mínima expresión.
  • Fomentar el intercambio y el contacto entre portadores de información en el espacio público. El espacio público es, por definición, el lugar de la actividad común, de intercambio de información y de la expresión de las voluntades colectivas.
  • Recuperar la cotidianeidad de la convivencia del espacio público como lugar de encuentro y espacio de convivencia multiforme.

5. Transporte alternativo

  • Fomentar la democratización de la movilidad a partir del aumento de la eficacia de los modos de transporte más económicos y al alcance de todos los grupos de edad: transporte público, bicicleta y a pie. De esta manera, aumentan las posibilidades de moverse de toda la población, independientemente de su edad o nivel de renta.
  • Potenciar la movilidad a pie a la vez que se restringe la ocupación del espacio público por parte del coche particular. Estas actuaciones tienen consecuencias muy positivas sobre el espacio público: la movilidad a pie es la que más fomenta las relaciones humanas, la que da más vida a la calle y la que practica toda la ciudadanía.
  • Fomentar patrones de desplazamiento más sostenibles, de menor consumo energético, menos ruidosos, más seguros y adecuados para el calmado del tráfico y menos contaminantes.

6. Habitabilidad del espacio público

  • Conseguir la máxima habitabilidad en el espacio público a partir de condiciones adecuadas de confort, accesibilidad, salud y seguridad.
  • Hacer «más ciudad» y no tanto, ni únicamente, «urbanización». El espacio público es el lugar donde toma sentido la vida ciudadana, lugar de la actividad común.
  • Fomentar espacios multifuncionales. El espacio público presenta un mayor grado de complejidad que el espacio privado ya que da cabida a una serie de actividades muy variadas. Unas son indispensables para la vida en la ciudad, como circular o comprar bienes básicos; otras son facultativas, como pasear, detenerse a observar y toda actividad recreativa en general, más numerosa cuanto mayor sea la calidad, la habitabilidad y la identificación cultural de la ciudadanía con un espacio.
  • Crear espacios vitales y dinámicos. La presencia de personas en el espacio público, realizando cualquiera de las actividades anteriores, posibilita la interacción entre ellas: desde hablar o jugar hasta organizar fiestas en la calle o manifestarse. Este elemento relacional es indispensable para que exista un incremento en la integración social y por lo tanto la estabilidad en un sistema urbano.
  • Generar espacios seguros. La ocupación constante y su condición de espacio de relación refuerza la seguridad del espacio urbano. La frecuentación continua que se da en los espacios moderadamente densos y con actividad, y las interacciones que se allí se producen con otras personas, proporcionan una seguridad que no se percibe en los espacios vacíos.

7. Complejidad urbana

  • Aumentar la complejidad urbana en los tejidos urbanos existentes y potenciar la mezcla de usos y la proximidad como base de la accesibilidad en los nuevos.
  • Equilibrio entre los usos residenciales y terciarios. Un buen reparto de usos influye en el uso social del espacio urbano. La reserva de espacio suficiente para la actividad económica es esencial para que puedan establecerse relaciones entre actividades diferentes, pero, sobre todo, entre residentes y actividad.
  • Fomentar patrones de proximidad residencia-trabajo. Mejorar la autocontención en la movilidad y la satisfacción de las necesidades cotidianas por parte de la población residente.
  • Conectar los tejidos urbanos mediante corredores continuos de actividad. La disposición de usos no residenciales en planta baja favorece la ocupación de la calle, estructura la calle como conector de actividades y como espacio de estancia y de convivencia, fomentando los vínculos sociales y comerciales.
  • Apostar por un modelo de ciudad compleja que cuente con actividades densas en conocimiento (actividades @ o 3D) por la alta capacidad de organizar y gestionar la información.

8. Espacios verdes y biodiversidad

  • Establecer una matriz verde que conecte el verde periurbano con las masas vegetadas internas, a través de corredores verdes urbanos.
  • Compensar el sellado e impermeabilización del suelo derivados de los procesos de urbanización mediante la disposición de suelos permeables.
  • Ordenar el verde urbano de tal manera que propicie la atracción de avifauna, que haga la traza urbana más permeable a los elementos naturales y que ofrezca espacios verdes de relación y de recreo a la población residente. Los espacios verdes y la reserva de suelo para huertos urbanos constituyen espacios para generar comunidad entre los habitantes del barrio o unidad territorial.

9. Autosuficiencia energética

  • Reducir la dependencia energética derivada del consumo en el espacio construido y el espacio público mediante el fomento del ahorro y la eficiencia energética; el ahorro implica renunciar a la utilización de recursos energéticos que no sean estrictamente necesarios para cubrir unas determinadas funciones básicas y adquirir unos niveles estándares de confort. La eficiencia, implica maximizar la prestación de un servicio (calefacción, refrigeración o iluminación) con el mínimo consumo posible.
  • Conseguir la máxima autosuficiencia energética y un descenso de la vulnerabilidad de los sistemas a partir de la captación de energías renovables a escala local.

10. Autosuficiencia hídrica

  • La protección del recurso hídrico debe ser un criterio prioritario en la definición de la zonificación en los planes municipales. Según esta zonificación deben definirse los usos del suelo permitidos y las restricciones urbanísticas asociadas a cada uso.
  • Incrementar la eficiencia en el consumo de los recursos hídricos y mejorar su calidad. La eficiencia está sujeta básicamente a dos grandes aspectos: el primero, a la optimización de la demanda de agua de los usos urbanos a partir de la aplicación de medidas de ahorro, y el segundo, a la sustitución de parte de la demanda total por agua no potable procedente del ámbito urbano: aprovechamiento de las aguas pluviales, grises y subterráneas.
  • Lograr el mayor grado posible de autosuficiencia en el suministro de agua urbano mediante la minimización de la demanda hídrica al mínimo indispensable para satisfacer las necesidades básicas, el reciclaje de las aguas servidas y el aprovechamiento de las fuentes urbanas no convencionales.

11. Autosuficiencia de los materiales

  • Alcanzar el cierre del ciclo de los materiales, siempre que sea factible, incorporando la máxima autosuficiencia mediante el autocompostaje y la reutilización. Conseguir una progresiva desmaterialización de los procesos.
  • Fomentar la prevención y la introducción de nuevos modelos de recogida que permitan incrementar tanto la cantidad como la calidad de la recogida selectiva, así como el cierre del ciclo de la materia orgánica. Y todo esto, con la máxima eficiencia en el uso de la energía optimizando servicios y potenciando las energías renovables, con las mínimas emisiones e impactos.
  • Minimizar el impacto de los materiales de construcción mediante el empleo de materiales locales y el empleo de materiales fácilmente reciclables.

12. Adaptación y mitigación del cambio climático

  • Reducir las emisiones de agentes contaminantes a la atmosfera, principalmente las emisiones de CO2. Una ciudad es neutra en emisiones de CO2 cuando la energía que utiliza se produce o compensa con sistemas renovables, ofreciendo un balance final de cero emisiones de GEI.
  • Conseguir que los flujos metabólicos, en buena medida, dependan de los recursos locales. Alcanzar un mayor grado de independencia energética y un descenso de la vulnerabilidad de los sistemas a partir de la captación y producción de energías renovables y del aprovechamiento de aguas marginales y prepotables, a escala local.
  • Reducir los desplazamientos en vehículo privado y potenciar los sistemas de transporte más eficientes y respetuosos con el medio.
  • Incrementar la recogida selectiva y la valorización material, potenciar los sistemas de recogida y de tratamiento más eficientes y respetuosos con el medio.
  • Promocionar la agricultura y la ganadería ecológica.

13. Diversidad demográfica

  • Crear un contexto urbano que favorezca la convivencia entre los grupos de personas con rentas, culturas, edades o profesiones diferentes. La diversidad de ciudadanía es la garantía para evitar una tendencia a la creación de guetos, en los que se agrupan grupos homogéneos de habitantes.
  • Fomentar la diversidad y mixticidad de actividades que proporciona el modelo de ciudad compacta y compleja. La proximidad o compacidad favorece el contacto entre los grupos de personas; la diversidad da idea de quién ocupa el espacio y de la probabilidad de establecer intercambios y relaciones entre los componentes portadores de información dentro de la ciudad.
  • Garantizar el acceso de los ciudadanos a las necesidades básicas (salud, vivienda, trabajo, educación, cultura, etc.) y garantizar la igualdad de oportunidades a todos los niveles.
  • Fomentar la participación de la población en las decisiones urbanas. Las actuaciones urbanas deben planificarse de forma específica para que las estrategias de sostenibilidad puedan ser adoptadas por todos los habitantes de la ciudad, independientemente de su situación social. Además de una democratización de las políticas urbanas, esto supone la implicación de toda la ciudadanía, lo que permite desarrollar todo el potencial de las medidas propuestas.

14. Acceso a la vivienda

  • La normativa referente a usos del suelo, restricciones urbanísticas, fraccionamiento y  urbanizaciones, debería propiciar condiciones para la oferta de vivienda de todo tipo y para todos los sectores sociales. Esto incluye en particular a la vivienda de interés social, especialmente en altura, y vivienda de alquiler.
  • Potenciar la vivienda social, no a partir nuevas promociones, sino mediante la reutilización de viviendas desocupadas o secundarias; promover la rehabilitación y reutilización del patrimonio construido.
  • Proveer una cantidad significativa de vivienda protegida y fomentar el equilibrio del parque inmobiliario: mezcla de vivienda según tipología (libre, protegida) y régimen de tenencia. Diversificar los programas de vivienda protegida.
  • Localizar la vivienda protegida en lugares con buena accesibilidad a los equipamientos, espacios verdes y redes de transporte.
  • Mejorar la habitabilidad del espacio público para revalorizar las viviendas y locales de los barrios en dificultad. Evitar que estas operaciones conlleven un proceso de gentrificación.

15. Dotación de equipamientos

  • Crear una red de equipamientos de proximidad, cercanos a los habitantes a los que den servicio. Una distribución equitativa de las dotaciones en el territorio reduce la movilidad motorizada e incentiva la justicia social en la distribución de los recursos básicos.
  • Proveer una dotación de equipamientos óptima y diversa como garantía de la calidad urbana y como componente básico para la cohesión social. Los equipamientos de proximidad y los equipamientos especializados de ciudad refuerzan la complejidad urbana. Los equipamientos son lugares de encuentro, constituyen nodos de complejidad social, derivada del hecho que sus usuarios serán personas muy diversas.

16. Gestión y gobernanza

  • Promover campañas de ahorro y fomento de la sostenibilidad, donde la comunidad aprenda estrategias conjuntas para reducir su consumo de recursos y su producción de residuos. Las campañas no se entienden únicamente como publicidad individualizada, sino que además de otras estrategias de difusión, tienen una componente de participación muy importante, que implica, por ejemplo, a escuelas y asociaciones.
  • Fomentar la participación de los habitantes en la discusión de los proyectos y en la organización cooperativa que se proponga para agruparlos. En general, la colaboración entre administraciones y ciudadanía, el fomento de la participación a partir de compartir objetivos comunes relacionados con la sostenibilidad se ha convertido, en sociedades maduras, en un motor para el cambio social y en un factor de cohesión y complejidad en la organización de la población.
  • Promover agencias gestoras como instrumento específico para la organización de las actuaciones urbanísticas, desde su concepción hasta su gestión una vez sean ocupadas: gestión de los recursos y los servicios implicados.

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